Somos Patricia y Andrés.
Nuestra historia comienza con un encuentro fortuito, pero que probablemente ya estaba escrito porque siempre fuimos dos almas inquietas y aventureras... Nos conocimos en las islas Filipinas, aunque nuestra historia de amor comenzó en Ibiza, donde nació nuestro hijo Rio.
Después de un tiempo viviendo al ritmo frenético, rodeados de horarios, prisas y obligaciones, decidimos hacer una pausa. Sentimos que necesitábamos un cambio de rumbo para poder dedicar más tiempo a lo que realmente importa: a nuestro hijo, a nosotros mismos y, sobre todo, a la tranquilidad y a la conexión con lo esencial.
Fue así como tomamos la decisión de mudarnos a la península, buscando un entorno más cercano a la naturaleza, alejado del estrés y la rutina diaria. Así fue como el destino nos llevó a Alpera, un pintoresco pueblo en la provincia de Albacete, un lugar apartado en el campo que nos hizo sentir en casa desde el primer momento. Aquí, rodeados de naturaleza, paz y simplicidad, nacía “A ritmo de Rio”, nuestro nuevo proyecto de vida.
Nuestra idea era sencilla, pero profunda: crear un espacio de desconexión, tranquilidad y armonía. Un lugar donde nuestros huéspedes pudieran experimentar ese mismo ritmo pausado y relajado que nosotros habíamos encontrado. Un rincón donde la vida se vive sin prisas, al compás de la naturaleza y la calma que rodea a Alpera.
Hoy, nos hace muy felices compartir este proyecto con todas las personas que llegan a nuestras casas rurales, invitándolas a disfrutar del entorno, de la paz que se respira aquí y de una forma de vida más consciente, más pausada y más conectada con lo esencial.
Nuestro hijo Rio sigue siendo nuestra inspiración diaria, recordándonos que, a veces, la mejor manera de avanzar, es simplemente parar y disfrutar del momento.
¿Te vienes a conocernos?
Conexión con la naturaleza: Nuestro proyecto nace de un profundo amor por la naturaleza y la vida al aire libre. Las casas rurales están pensadas para integrar al huésped con el entorno, respetando el paisaje y aprovechando los recursos naturales de la zona. Ofrecemos espacios amplios, rodeados de tranquilidad, que invitan al descanso y la reflexión.
Vida pausada y consciente: Nuestra principal premisa es que la vida no tiene por qué ir a ritmo acelerado. Queremos que nuestros huéspedes puedan desconectar de sus rutinas diarias y aprender a disfrutar del presente, al igual que lo hacemos nosotros. Aquí, el tiempo no es un enemigo; es una oportunidad para vivir más plenamente, más relajados.
Familia y comunidad: En las Casas Rurales La Laguna “A ritmo de Rio”, no solo tratamos de ofrecer alojamiento, sino de crear una comunidad de personas que buscan lo mismo: paz, equilibrio y conexión. Queremos que cada huésped se sienta parte de nuestra pequeña familia, que comparta experiencias, historias y aprendizajes con nosotros y con otros visitantes. La relación con cada uno de ellos es muy importante para nosotros.
Sostenibilidad y respeto por el entorno: Desde que llegamos a Alpera, hemos hecho un esfuerzo por ser responsables con el medio ambiente, buscando siempre minimizar el impacto ambiental. El respeto por la naturaleza no es solo una filosofía, sino un compromiso.
Momentos de desconexión: Nuestro espacio está diseñado para que cada huésped pueda encontrar su propio ritmo, ya sea a través de actividades al aire libre, momentos de meditación, paseos por el campo o simplemente disfrutando del silencio. Creemos en los pequeños momentos, los que se disfrutan sin prisas, y queremos que todo el que nos visite también los pueda vivir.
Este enfoque tan valioso hacia la crianza y la familia es otro pilar fundamental de "A Ritmo de Río". Al no llevar a su hijo a la escuelita, Patricia y Andrés priorizan estar presentes en su vida, aunque eso signifique avanzar más lentamente en el proyecto. Para ellos, el tiempo en familia es esencial, y lo viven de una manera consciente y respetuosa. Apostando por una educación en el campo, creen que este entorno natural y tranquilo es el mejor lugar para que su hijo crezca, aprendiendo de la vida y de la conexión profunda con su entorno.
Este aspecto del proyecto también se refleja en el tipo de experiencia que quieren ofrecer a las familias que visitan sus casas rurales: un espacio donde se fomente la conexión familiar, el disfrute del tiempo juntos y una educación basada en el respeto y la naturaleza.
“A ritmo de Rio” es un proyecto en constante evolución. Queremos seguir ofreciendo un espacio donde las familias, parejas y grupos de amigos puedan encontrar su propia paz, y en el futuro, poder ofrecer nuevas experiencias relacionadas con el bienestar, el arte, la sostenibilidad y la vida rural.
Nos encantaría que, más allá de ser un destino turístico, "A ritmo de Rio" se convierta en una comunidad donde cada visitante pueda sentirse parte de algo mayor, algo lleno de significado, con una conexión real con el entorno y las personas que lo habitan.
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